Patricia Gómez, gerente de COSE: “Tenemos un enorme stock de biomasa en nuestros montes. Apostar por ella es avanzar en la transición energética”

La certificación de la biomasa forestal, instrumento clave para garantizar un aprovisionamiento sostenible.

UNION POR LA BIOMASA, foro por el Empleo, la Sostenibilidad y el Desarrollo Rural a partir de la valorización energética de las biomasas, ha celebrado en GENERA -Feria Internacional de Energía y Medio Ambiente-, que se celebra estos día en la Feria de Madrid, una jornada técnica en la cual ha expuesto los avances de esta fuente de energía renovable en España.
Margarita de Gregorio. Directora de APPA Biomasa, entidad gestora de la UNION POR LA BIOMASA, observa que “aunque despacio, el sector de la biomasa avanza en España, implementando proyectos que emplean esta fuente de energía renovable”, y espera que “el nuevo Gobierno de España valore las oportunidades económicas, sociales y mediaombientales que la biomasa ofrece nuestro país, y muy especialmente a los territorios rurales que padecen despoblación”.

COSE -Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España- y PEFC España -Asociación Española para la Sostenibilidad Forestal- han defendido en GENERA la trazabilidad y certificación de la biomasa forestal. “Para movilizar la biomasa que está en nuestros montes es preciso darle una salida economómicamente viable, para que no quede abandonada o infrautilizada”, sugiere Patricia Gómez Agrela, gerente de COSE. Este planteamiento coincide con las estrategias de fomento de la bioeconomía de la Unión Europea, contribuiría a mitigar el cambio climático y el riesgo de incendios forestales y, además, recortaría la dependencia energética de España del exterior. “Simplemente aprovechando nuestros propios recursos naturales”.

STOCK DE BIOMASA, EN CRECIMIENTO

“Tenemos un enorme stock de biomasa en nuestros montes”, ha manifestado Patricia Gómez. En efecto, somos el tercer país de la Unión Europea en superficie forestal, tras Suecia y Finlandia. Nuestra masa forestal crece a un ritmo anual del 2,19 por ciento, en superficie y en volumen, frente a un crecimiento medio en Europa del 0,51%. Esta evolución contrasta con un nivel de aprovechamiento muy bajo del recurso, respecto a dicho potencial, Cada año se quedan en el monte en torno a 30 – 40 millones de metros cúbicos de madera. El consumo de biomasa per cápita en España se encuentra entre los más bajos de Europa (0,103). “Tenemos mucha biomasa y, sin embargo, estamos entre los países que menos consumen”, se lamenta Patricia Gómez.
Un recurso cada vez más abundante, que no aprovechamos. Sobre todo debido a la falta de uso del monte por su escasa rentabilidad, agravado por el abandono del mundo rural. Así, el nivel de extracción es muy inferior al nivel de crecimiento. Nuestros montes están a rebosar de biomasa, que se podría valorizar para generar energía.
“Esta situación acarrea numerosos problemas. Entre ellos, el más acuciante es la amenaza de incendios forestales”, advierte la gerente de COSE. En los últimos diez años, España ha sufrido una media anual de más de 14.000 incendios forestales, que han quemado más de 100.000 hectáreas anuales, equivalente a 200.000 campos de fútbol.
“Si fuésemos capaces de poner en valor toda esa biomasa que se queda en el monte, para bioenergía, estimularíamos a la vez la economía rural en torno a esta energía renovable, y potenciaríamos los beneficios ambientales que supone tener las masas forestales bien cuidadas y gestionadas. Con seguridad, además, reduciríamos drásticamente el número y gravedad de los incendios forestales, contribuiríamos a mitigar el cambio climático y favoreceríamos el desarrollo de empleo y riqueza, todo lo cual mejoraría la vitalidad de las masas forestales, pues las masas gestionadas y en constante crecimiento son las que más CO2 fijan.
Nuestro sistema energético sigue siendo muy intenso en carbono por la fuerte dependencia de recursos exteriores más contaminentes. Podemos descarbonizar nuestro modelo económico aprovechando el recurso energético de nuestros montes.
Ahora bien, sin incentivos a la gestión del monte, ¿tenemos capacidad para dar servicio a una potencial demanda de biomasa forestal?”
COSE, la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España, continúa trabajando para estimular a los propietarios forestales privados a llevar a cabo una gestión sostenible de sus recursos, para que puedan rentabilizarlos y, de esa manera, conservarlos. COSE y sus integrantes están profundamente comprometidos con la certificación forestal, que es “la manera que tenemos de garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, sin agotar sus recursos naturales”.

TRAZABILIDAD DE LA BIOMASA

¿Cómo podemos garantizar la sostenibilidad, continuidad y crecimiento de un aprovechamiento forestal como es la biomasa?
Para el 2020, un 20% del consumo de energía de la Unión Europea ha de provenir de fuentes de energía renovables. Se prevé que el 40% de ese consumo proceda de la biomasa forestal. Esto implica un incremento muy significativo del consumo de madera para energía.
La materia prima está esperando en el monte. “Queremos garantizar un suministro, desde el sector forestal -afirma Marta Salvador, directora técnica de PEFC España-. Un suministro que sea sostenible en el tiempo. Y para ello necesitamos tener una sostenibilidad en la gestión de ese territorio. No es sólo una cuestión de explotación del recurso; también de biodiversidad y de desarrollo social”.
En este escenario, el monte precisa una planificación de lo que se va a hacer en esa superficie, el cual iría seguido de una auditoría y un control externo, que es lo que nos da la garantía de sostenibilidad. “Gobiernos y empresas energéticas van a exigir esa garantía -asegura la directora técnica de PEFC-. En concreto, un certificado de cadena de custodia de que procede de una gestión forestal sostenible”.
La certificación acredita y garantiza que el producto es legal, que es sostenible y que es trazable: Se certifica el bosque, su gestión y los procesos de transformación de la madera, esto es, la cadena de custodia.