Francisco Díaz-Fierros, autor del libro ‘Eucaliptos en España: razones y pasiones’.
Francisco Díaz-Fierros, autor del libro ‘Eucaliptos en España: razones y pasiones’.

Francisco Díaz-Fierros Viqueira es el autor del libro ‘Eucaliptos en España: razones y pasiones’, un recorrido sobre la convivencia con el eucalipto en los diferentes territorios del Estado.

Díaz Fierros, un científico de prestigio ligado a la Universidad de Santiago, ya había investigado en Galicia en su día sobre posibles impactos de la especie en el suelo y en la disponibilidad de agua. Como edafólogo, su conclusión es que un cultivo razonable del eucalipto es sostenible, pero advierte de la necesidad de mantener el equilibrio en la ordenación de los usos de la tierra, protegiendo las superficies agrarias y los bosques de frondosas.

-Si comenzamos por su libro ‘Eucaliptos en España. Razones y pasiones’, son muchos los argumentos y emociones que despierta esta especie a nivel social. Como fue evolucionando con el tiempo la percepción social del eucalipto?
– En la primera parte del libro, hago una introducción histórica que divido en tres partes. La primera es “la acogida”, pues el eucalipto fue bien recibido en el siglo XIX, sobre todo por la costa. Estas plantaciones tenían una función ornamental y también sanitaria, la razón más aducida de aquella para su cultivo.

Pasado el tiempo, los ingenieros recomendaron usar esta madera para el entibado de las minas por falta de otras especies. Vemos como curiosamente fueron los ingenieros de minas, y no los forestales, los primeros en reclamar madera de eucalipto. Los forestales estaban aún en un modelo conservacionista germánico, predominante en aquel tiempo.

También el desarrollo del ferrocarril propició el uso de esta madera para las traviesas en las vías. Todo esto hizo que la demanda de eucalipto aumentara a partir del siglo XX.

En la segunda etapa aparecen las posturas de rechazo del eucalipto. Las primeras nacieron también a comienzos del siglo XX en Andalucía. Después fue por toda España y en Galicia, aparece una oposición más fuerte a partir de los años 70, cuando nace el movimiento ecologista.

Con el paso de los años, comenzó a haber una actividad parlamentaria más “desmedida” en lo verbal, acusando al eucalipto de capitalista e incluso de anticristiano.

Posteriormente, hay una tercera etapa, a partir de los años 80 del siglo XX, donde instituciones como Lourizán, Universidad de Santiago y otras más en el norte de Galicia, comenzaron a estudiar los efectos del eucalipto en España. Esto se hizo porque el rechazo al eucalipto se basaba sobre todo en bibliografía extranjera, en España no se había estudiado nada en aquella altura.

Después, aquí sí se hicieron experiencias sobre consumo de agua, afectación para el suelo y diversidad vegetal. Entonces se llegó a una especie de equilibrio; por una parte sí había un consumo de recursos, por ser una especie de crecimiento rápido, pero también se descubrieron medidas para contrarrestar estos efectos. Ahí fue cuando se llegó a un cierto equilibrio entre las posturas. A partir de 2005, las posturas se volvieron a separar y aparecieron críticas algo exageradas a la presencia de este árbol.

Tras estudiar los efectos del eucalipto en Galicia, se llegó a un cierto equilibrio de las diferentes posturas, pero a partir del 2005, las posturas se volvieron a separar y aparecieron críticas algo exageradas

– Que estudios se desarrollaron sobre los efectos del eucalipto en Galicia?
– Fueron estudios directos del medio, como cuánta agua consume, cuánto conocimiento tenemos sobre si degrada o no el suelo o si afecta a la biodiversidad. Hoy podemos hablar de biodiversidad, pero de aquella no existía el concepto y por eso hablábamos de diversidad vegetal. En realidad, biodiversidad es un concepto muy complejo y que nació a partir de la década de los años 90 y distingue tres niveles: especies, ecosistemas y biodiversidad genética.

También hay que tener en cuenta los estudios sociológicos en torno a los conflictos forestales. Estos conflictos están cargados de una fuerte emotividad y en términos extremos, acciones y reacciones. El mundo forestal es un contexto donde la racionalidad de los gestores forestales hay que reinterpretarla a partir del marco emocional en que se mueven, porque podemos pasar de niveles de normalidad a niveles pasionales, cuando las personas se cierran a cualquier tipo de discusión.

La racionalidad de los gestores forestales tenemos que reinterpretarla a partir de su marco emocional. El caso nuestro con el eucalipto es ejemplar a nivel de pasión

Esa es una realidad estudiada en diferentes casos relacionados con especies de crecimiento rápido. El caso nuestro con el eucalipto es ejemplar, por eso hablo de pasión, porque hay un sustrato de investigación sociológica muy serio en ese sentido que nos está mostrando esta cuestión.

-Hay un término que usa usted en el libro: “domesticación de especies”. El cultivo del eucalipto en Galicia, sobre todo el glóbulus y la adopción en los últimos años del nitens, ¿forma parte de la domesticación de este árbol?
– Domesticar una especie es controlar su uso y expansión. En ese sentido, la capacidad de expansión propia o natural del eucalipto es pequeña, no tiene la capacidad invasora que tiene la acacia. Los estudios que realizaron en Portugal, sobre todo en las orillas de las carreteras y autopistas, un espacio donde se expanden con mayor libertad, hablan de a lo mejor 15 o 20 metros de expansión en un período de tiempo determinado.

Quien hace un control sobre el eucalipto son las personas, pues son las que plantan el árbol en sus terrenos. En ese sentido, hablo de domesticación, dominar el espacio forestal tanto en su productividad como en sus límites espaciales. La tradición agraria en Galicia fue una domesticación del espacio.

– ¿Y cómo ve la evolución que está experimentando el eucaliptal gallego, del glóbulus al nitens, que está aumentando el área ‘tradicional’ de presencia del eucalipto?
– Debería haber una cierta racionalidad, en el sentido de que si se deja todo a una iniciativa privada, a veces esta iniciativa es un tanto ciega y está regida por el mercado. Por tanto, se pueden tomar medidas como reservar espacios para especies de crecimiento rápido y saber cuál sería el volumen aceptable de producción, de cara a no crear excesos en un mercado que debe trabajar a medio y largo plazo.

Con el pino tenemos períodos de unos 30 años de proyección, si te equivocas puedes haber hipotecado un espacio plantado durante todo ese tiempo.

Quisiera señalar además que el pino y el eucalipto son especies con problemas semejantes. El pino tiene una “mejor prensa”, incluso en mi libro hablo de los poetas que defendieron los pinos y no hubo una defensa así del eucalipto en toda Europa. Pero el pino y el eucalipto consumen un volumen de agua semejante, pues en mis primeros estudios veía que el eucaliptal consumía algo más, pero ahora hay estudios portugueses y otros más recientes donde se refleja que tienen el mismo consumo de agua.

Además, comparten el mismo carácter pirófilo, aunque el pino tiene algo más. No tanto por la brea, sino por la transmisión vertical del fuego. El incendio comienza por la parte baja alrededor del pino, la transmisión horizontal, pero después, al aumentar la intensidad del fuego este se transmite a la copa del árbol, transmisión vertical. Esto dependerá mucho de la separación entre copa y superficie. El pino tiene menos distancia vertical e incluso los estudios en Lourizán indican que el avance del fuego en los pinos es algo más alto que en los eucaliptos.

En definitiva, ambas especies tienen unas características muy semejantes, solo que una tiene una aceptación más sentimental que la otra.

– Hablaba de racionalizar el cultivo de eucalipto en función de las previsiones de mercado. Desde el punto de vista ambiental, ¿ve precisas también precauciones?
– El nitens resiste mejor las heladas y por tanto tiene potencial para entrar en zonas donde hay mucho bosque tradicional, en alturas de 500 metros o más -a pesar de que es un cambio de especie prohibido por ley en Galicia-. En esas áreas, no entraron los glóbulus porque tenían el límite del riesgo de heladas.

El nitens tiene más ventaja en ese terreno y puede colonizar estas superficies. Para mí, el problema fundamental es que no se toquen las masas de frondosas, cosa que hasta el momento se fue manteniendo, pero con el nitens puede haber este peligro debido a su entrada en áreas aún no explotadas por el eucalipto.

Hay que tener en cuenta cuánta masa forestal intensiva se puede instalar en un lugar sin causar problemas en el suministro de agua

Otra cuestión es ver hasta dónde pueden llegar los niveles de consumo del agua, sobre todo a nivel de cuenca hidrográfica. Es decir, cuánta masa forestal intensiva puede instalarse en un lugar sin causar problemas en el suministro de agua. Sobre este tipo de elementos sabemos el camino, pero no hay datos por no estar recogidos.

Una cuestión clara es que los eucaliptos consumen más agua que las frondosas en el global del año, algo crítico en determinadas áreas como el sur de España. En el norte, con la media de lluvias existente, el consumo de agua de los eucaliptos no compromete seriamente los abastecimientos de agua.

Otra cosa que muy poca gente sabe es que las frondosas durante primavera y verano tienen más superficie foliar que un eucaliptal, lo que hace que las frondosas consuman más agua que los árboles de crecimiento rápido, si bien en el resto del año, no sucede así.

– En cuanto a la gestión de las masas de eucalipto, uno de los aspectos que reconocen incluso las asociaciones de productores es la necesidad de romper la continuidad territorial de los montes de eucalipto en comarcas como la Mariña lucense. ¿Está de acuerdo en que sería más aconsejable un paisaje mosaico, con masas de frondosas y tierras agrarias intercaladas?
– Hace años hubo un gran incendio que quemó alrededor de 4.000 hectáreas en el área del Eo y que recorrió los montes hasta llegar al río Masma y, si no recuerdo mal, fue en un mes de febrero, un mes atípico. Entonces, esta posibilidad de gran incendio no es una posibilidad utópica.

La posibilidad de un gran incendio en eucaliptales de la Mariña no es utópica, entonces hace falta pensar en la prevención

Por tanto, crear masas más o menos mixtas donde se coloquen frondosas caducifolias favorece la prevención, sobre todo en el Cantábrico, una zona que facilita una mayor retención de humedad en las masas de frondosas.

Hace unos años, en Monforte hubo un incendio de casi 1.000 hectáreas afectadas y todas ellas de frondosas. El incendio se transmitió en época de sequía y las hojas de los árboles estaban secas, lo que propició la expansión del fuego. Pero en general, si hablamos de la zona del Cantábrico, una situación de sequía tan pronunciada no se da, sobre todo en las zonas valle de frondosas que bajan con dirección norte-sur. Si se favorecieran esos corredores de frondosas, tendríamos una defensa contra los fuegos mediante árboles menos pirófilos, que harían de contención frente a los incendios.

– Durante las últimas décadas, a pesar de que ya hace años que el eucalipto está vetado en tierras agrarias y pastizales, sí hubo una plantación habitual de eucalipto en este tipo de superficies. También hay frecuentes críticas de los colectivos ecologistas por el temor a que el eucalipto le gane terreno a las frondosas caducifolias, algo que en teoría también está prohibido por ley. ¿Cómo ve el escenario?
– Hay mucha fábula sobre si el eucalipto le coge mucho terreno a la frondosa. El único estudio serio sobre la “transición forestal” en Galicia, el cambio de producción en terrenos anteriormente destinados a otros cultivos hacia especies de crecimiento rápido, se hizo en el año 1956, con fotografías aéreas por parte del Instituto del Territorio de Lugo, de la Universidad de Santiago.

Con este estudio se demostró que la mayoría de los eucaliptales fueron plantados en antiguos pinares. Lo que se mantuvo fue un “respeto” por la superficie forestal productiva, sustituyendo el pino por eucalipto. Ahora mismo, incluso hay un movimiento para sustituir el eucaliptal por pino, por el incremento de precio de la madera de coníferas. El mercado decide cuál es la más interesante.

Otra cuestión que ya abordamos hace años es la pérdida de espacio agrario a favor del forestal. Este proceso fue en un inicio alentado por la propia UE, cuando crearon la política de reforestación de las tierras agrarias abandonadas. En Galicia, los estudios estiman que hay unas 20.000 hectáreas de eucaliptal en terreno agrario. Desde mi punto de vista, esto no puede ser dentro de una política racional del suelo agrario.

Se estima que hay unas 20.000 hectáreas de eucaliptos en terreno agrario. Eso no puede ser dentro de una política racional del suelo agrario.

Hay que añadir que en Galicia solo el 7% de la superfie reúne la condición de buena tierra agraria (el total de superficie agraria ronda el 20%). Estos terrenos deberían tener una protección especial para que el uso agrario se mantuviera en ellos, tanto si lo coge el eucalipto como las frondosas. Con esto quiero decir que hay una vocación agraria y una vocación forestal. Por tanto, hay territorios que se pueden separar en relación con esto.

– Sobre el impacto del eucalipto en el suelo, ¿está empobreciendo el eucalipto las capacidades del suelo en Galicia?
– Yo diría que no. Las especies de crecimiento rápido, pino y eucalipto por ejemplo, consumen lógicamente elementos nutritivos del suelo en cantidad más elevada, pero con una buena gestión de la explotación forestal, y esta es una de las materias a veces pendiente sobre el eucalipto, no debería haber problemas.

Hoy en día hay diferentes maneras de compensar los elementos nutritivos que pueden consumir del suelo las especies de crecimiento rápido. Básicamente hay dos vías, la natural, aquella que procede de los restos de la tala y poda, que pueden servir de elementos nutritivos del suelo, y el empleo de fertilizantes.

 

FUENTE: campogalego.es