El Centro que acoge a 247 ancianos ahorrará más de 30% en su factura con el nuevo sistema de calderas de biomasa.

La residencia Aspaldiko de Portugalete ha comenzado a caldear sus habitaciones y el agua de sus duchas con las astillas de madera que se recogen en los montes. A través de un acuerdo con una firma privada que se dedica a la instalación y aprovisionamiento de servicios energéticos, el centro que acoge a 274 ancianos podrá ahorrar el 30% de su actual factura gracias a sus dos nuevas calderas de biomasa de 500 kilovatios cada una, que suponen además una alternativa ecológica al consumo de combustibles fósiles.

Las limpiezas de los montes, las podas de los árboles al llegar el invierno y, en general, todas las labores forestales dejan unos residuos orgánicos que habitualmente quedan abandonados en el lugar. Pero la empresa Biotermiak -una de las tres que funcionan en Euskadi dedicadas a este negocio- convierte esos desechos en energía para cubrir las necesidades de sitios como el seminario de Derio o el invernadero Garitano de Mungia, dos de los lugares en los que esta firma ha llevado sus hornos alimentados de restos de madera.

 

La residencia Aspaldiko se ha convertido en el último centro en adoptar este sistema y, de momento, en el más ambicioso de todos, ya que necesita un megavatio de potencia para al menos lograr un ahorro significativo del 30% en su factura energética. La instalación de las calderas que queman las astillas y producen la energía se ha hecho con cargo a la empresa por un montante de 350.000 euros. A cambio, el asilo se compromete a mantener este sistema durante los próximos 15 años y pagar lo consumido.

El funcionamiento es muy sencillo. Una vez al mes el silo de 90 metros cúbicos construido en los bajos de la residencia es rellenado por un camión con astillas extraídas de los residuos de montes y zonas verdes. De él se alimentan las dos calderas de biomasa instaladas, capaces de generar entre ellas una potencia de un megavatio. Es con esa energía con la que se calienta el agua de los mayores y se proporciona calor a las salas y habitaciones de este imponente edificio inaugurado en 1977. Por último, las cenizas resultantes del proceso se devuelven al monte para servir de abono y cerrar el ciclo. Se estima que la residencia consumirá 450 toneladas de astillas por año.

Ventajas ambientales

A la ventaja en el coste se suman otras ambientales, ya que supone sustituir un combustible fósil como el gas por otro sostenible y generado localmente. Se estima que esta instalación logrará adicionalmente un ahorro de emisiones de gases con efecto invernaderstibles fósiles, mantiene además un precio fijo que la empresa se ha comprometido a respetar durante los 15 años de vigencia del contrato.

fuente:  elcorreo.com

 

http://www.biotermiak.com/